La rehabilitación energética de edificios se ha consolidado hoy como un motor estratégico de economía, empleo y sostenibilidad en Navarra. En el foro organizado por DIARIO DE NOTICIAS, patrocinado por Laboral Kutxa y con la colaboración de INMO SLM, Fundación Laboral de la Construcción y Jacar, expertos y representantes del sector han debatido sobre cómo transformar el parque inmobiliario para responder a los retos del presente y del futuro.
El evento se ha estructurado en dos mesas de debate. La primera ha contado con la participación de Santiago Iribarren, presidente del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro; Pello Mendía, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Navarra; Berta Uriz, directora de Vivienda ADENA; y Óscar Coloma, responsable de Comunidades de Laboral Kutxa.
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Berta Uriz ha destacado que Navarra cuenta con un marco estable de ayudas que ha permitido impulsar proyectos de rehabilitación, especialmente en barrios vulnerables a través del proyecto Elena. “El beneficio no es solo económico o energético, también social; hablamos de mejorar la vida de las familias en entornos con más dificultades”, ha señalado.
Pello Mendía ha explicado que las comunidades de vecinos suelen emprender obras cuando surgen problemas graves de fachada o cubierta, y ha subrayado que “una comunidad de vecinos se convierte en promotora de obra, con contratos, seguros y responsabilidades que no siempre maneja con facilidad”.
Óscar Coloma ha añadido que la financiación adaptada facilita que colectivos que normalmente no accederían a un préstamo, como personas mayores o jóvenes con capacidad limitada, puedan acometer obras de rehabilitación. “La gran ventaja es que pueden participar a través de su comunidad, con cuotas adaptadas y transparencia en todo el proceso”, ha apuntado.
Por su parte, Santiago Iribarren ha resaltado la importancia del liderazgo profesional en los proyectos: “Una rehabilitación es más complicada que una obra nueva porque surgen tensiones y condicionantes que exigen confianza y un proyecto sólido, por eso es tan importante la figura del técnico”.
La mesa también ha subrayado que la rehabilitación es un proceso integral. La coordinación entre vecinos, administradores, técnicos y entidades financieras ha permitido que los proyectos avancen de manera más eficiente y segura. Uriz ha remarcado que mantener la estabilidad de las ayudas y acompañar a las comunidades durante todo el proceso evita que los plazos y la burocracia generen agobio. Mendía ha añadido que esta cercanía y gestión activa ayuda a que los vecinos perciban seguridad y claridad: “Un camino estable permite organizarse y cumplir los objetivos sin sorpresas”.
La segunda mesa ha reunido a Emilio Lezana, gerente de la Fundación Laboral de la Construcción en Navarra; Miguel Gainza, de INMO SLM; y Miguel Ángel Jiménez, gerente de Jacar. La discusión ha girado en torno a la formación, la innovación tecnológica y los retos demográficos del sector de la construcción.
Lezana ha alertado sobre la falta de mano de obra. En sus palabras, “en los próximos siete años se van a jubilar 3.000 trabajadores en Navarra. Cada año habrá que incorporar cerca de 750 personas solo por jubilación, y en veinte años la cifra alcanzará los 11.000. Tenemos un sector muy envejecido, y eso requiere atraer jóvenes, mujeres y colectivos vulnerables.”
Gainza ha subrayado los beneficios concretos de la rehabilitación: “Una intervención media mejora la calificación energética entre dos y tres letras, reduce la demanda de calefacción hasta un 65% y, sobre todo, incrementa el confort térmico y acústico, evitando mohos y condensaciones.”
Jiménez, desde la perspectiva técnica, ha explicado que la rehabilitación ha evolucionado de simples reparaciones a proyectos integrales. “Ahora actuamos en fachadas, cubiertas y carpinterías con eficiencia energética como eje prioritario. Buscamos durabilidad, seguridad y confort, garantizando que los edificios rehabilitados sean seguros y eficientes”, ha afirmado.
Los ponentes han coincidido en que la rehabilitación energética genera empleo local de calidad, reduce la factura energética y aumenta el valor de las viviendas, al tiempo que revitaliza barrios envejecidos. La Directiva Europea 2050 marca objetivos claros de descarbonización del parque inmobiliario, y Navarra ha respondido con ayudas públicas, financiación accesible y acompañamiento a las comunidades de vecinos.
Entre los retos, han señalado la burocracia, la necesidad de estabilidad y la urgencia de multiplicar por diez las viviendas rehabilitadas al año para cumplir los objetivos europeos. Lezana ha resumido: “La palabra clave es estabilidad. Los vecinos y las empresas necesitan saber desde el primer día cuánto les costará la rehabilitación y tener certezas para planificar su futuro.”