¿Qué rol tienen las instituciones educativas en la promoción del bienestar emocional?

–Las instituciones son clave en el apoyo que deben prestar para que los distintos problemas que surgen en la sociedad actual, puedan tener respuesta. Es necesario formar al profesorado, establecer programas de prevención del suicidio y del malestar psicológico, así como dotar a los docentes de herramientas que les protejan del estrés al que se exponen. Y a la población infantojuvenil debemos proporcionarle los recursos necesarios para promover su bienestar. Sabemos que, si no se interviene a una edad temprana en aspectos de salud mental, favorecemos la aparición de ciertas patologías en la edad adulta. 

El papel del docente es clave para prevenir y detectar conductas suicidas, pero ¿están preparados?

–Su labor es fundamental y así lo dice la Estrategia Nacional de Salud Mental. Pero efectivamente necesitan una formación adecuada sobre en qué señales se deben fijar, cómo pueden actuar ante situaciones críticas, cómo prestar el apoyo necesario y hasta dónde. Se necesitan programas orientados al conocimiento de las etapas evolutivas de la población, al desarrollo de fortalezas entre el alumnado y promover su bienestar, al aprendizaje de estrategias para resolver problemas o identificar emociones....

“Hay una prevalencia mal diagnosticada con adolescentes que tienen depresión y se confunde con apatía y vagancia”

Un colegio que priorice la educación emocional tiene mucho ganado...

–Crear contextos saludables en el ámbito educativo es un paso previo a que el alumnado pueda vivirlo como un espacio seguro para poder comunicar y buscar ayuda. Identificar poblaciones de riesgo o aplicar programas para eliminar la violencia entre iguales. Hay una prevalencia, mal diagnosticada, con adolescentes que presentan depresión y se confunde con apatía y vagancia.

 ¿Se necesitan profesionales de la Psicología en los centros? 

–Sin duda. Se necesitan más psicólogos educativos en los centros que sean el eje que coordinara y ayuden a la comunidad educativa en la formación y abordaje de la detección temprana y prevención de los problemas de salud mental. La formación en evaluar, diagnosticar y determinar qué sistema de intervención aplicar con las familias y otros agentes educativos. Son los especialistas en salud mental quienes deben tratar esos problemas, cuando han hecho aparición, y aquí también es necesario incorporar más profesionales. Se debería crear la especialidad de Psicología Infanto-juvenil, como en Psiquiatría.

“Vemos un cambio: son los adolescentes los que piden a sus padres que les lleven al psicólogo”

¿Hay más problemas de salud mental o se habla más de ello?

–Algunos problemas se han intensificado en estos últimos años, sobre todo, en la población infantojuvenil debido al confinamiento. El suicidio tiene la mayor tasa de muerte natural. En España es del 8,8% por 100.000 habitantes (13,34 en varones y 4,52 en mujeres). En jóvenes es del 7%.

La juventud tiene menos pudor en reconocer que necesita acudir a un psicólogo. ¿Tiene esa percepción? 

–Sí. Tengo una experiencia de más de 30 años y es un cambio significativo ver que son los adolescentes quienes plantean a los padres que quieren ir al psicólogo. También ocurre con los jóvenes. Está desapareciendo el temor de decir que voy al psicólogo. Nos hemos convertido en una figura de referencia del cuidado de la salud mental incluso nos demandan para prevenir ciertos comportamientos, resolver problemas o tomar decisiones. El contexto social actual es más individualista, existe menor apoyo social y familiar lo que potencia recurrir a ayuda profesional. La OMS (Organización Mundial de la Salud) dice que un 9% de la población tiene problemas de salud mental y en España, según un informe de la Mutua Madrileña, un 12% acude a un profesional de la salud mental