A Jon Moncayola Tollar, como escribió el árbitro del Comité catalán Víctor García Verdura, le expulsaron en el minuto 26 del partido que disputaron Osasuna y Betis en El Sadar “por realizar una entrada, impactando con el pie en la cabeza del adversario, en la disputa del balón y haciendo uso de fuerza excesiva”. Se refería con esta redacción el colegiado, de 29 años, natural de Mataró y debutante en Primera División esta misma temporada, a la jugada que un par de minutos antes había sancionado con falta y tarjeta amarilla para el centrocampista de Garínoain, decisión que cambió tras revisar la acción en el monitor a instancias del responsable del VAR, Juan Martínez Munuera, árbitro del Comité valenciano.

No acabó ahí la polémica, porque antes de que concluyera la primera parte mostró otra cartulina roja directa. En esta ocasión, al entrenador de Osasuna. “En el minuto 41, el técnico Jagoba Arrasate Elustondo fue expulsado por el siguiente motivo: Por salir del área técnica gritando y gesticulando, protestando una de mis decisiones”, escribió el trendilla en el acta, añadiendo en otro apartado que, “una vez expulsado, entró varios metros en el terreno de juego protestando y gesticulando en señal de disconformidad con una de mis decisiones”.

Lo que no explicó García Verdura en estas líneas es que algo de razón le asistía a Arrasate en su protesta, pues el Betis había marcado el 0-1 cuando Osasuna estaba con dos jugadores menos, el expulsado Jon Moncayola y Alejando Catena, que había sido atendido tras sufrir en la acción anterior un golpe en la cabeza. El técnico y el central se afanaron sin éxito alguno en conseguir el beneplácito del colegiado principal –a través del cuarto árbitro y el línier– y el Betis se adelantó en una estrategia que los rojillos tuvieron que defender con dos hombres menos para desesperación de un Arrasate que ya para entonces andaba bastante caliente y mosqueado.

Para rematar un arbitraje que recibió críticas de jugadores, técnico e hinchada rojilla, García Verdura recogió en el acta el lanzamiento de una bola de papel: “Una vez finalizada la primera parte del encuentro y cuando nos dirigíamos al túnel de vestuarios, se lanzó una bola de papel directamente hacia donde nos encontrábamos, sin llegar a impactar en ninguna persona. Dicho objetivo se lanzó desde una zona de la afición local, identificados éstos por las camisetas que portaban. Este hecho no se volvió a repetir en el partido”.