A Leocadio Díez Equísoain, panadero y concejal de Aoiz por el Frente Popular en 1936.

Abuelo, el sábado voy a tener el orgullo de pronunciar tu nombre en la Plaza del Castillo. Porque todo lo que se nombra existe, y tú siempre has estado presente en nuestras vidas. Mi abuela, tu compañera, estaba pariendo a vuestra hija, mi madre. Había roto aguas. Venían a por ti, te habían avisado que huyeras, pero tú no quisiste dejarla sola en semejante circunstancia. Te quedaste con ella. Y ellos vinieron, esa gente sin luz entraron en casa y no quisieron dejarte para poder asistirla. Ahí quedó, a las dos de la mañana mientras a ti te llevaron a matar. Quiero que sepas que a la pobre se le cortó la leche con la noticia de tu muerte, pero supo sacar adelante a la niña. La leche de una vaca joven le ayudó y mi madre vivió para luego parirme a mí.

Nunca supiste que esa noche tuviste una hija, la tercera. 30 años tenías cuando te llevaron, tu joven familia se fue para Iruña a encontrar de qué vivir. En Aoiz no había trabajo, pero en Iruña para las mujeres rojas no era fácil tampoco.

Quiero que sepas que tu mujer, a pesar de las penurias, sacó adelante a mis tíos y a mi madre. Quiero que sepas que no consintió que cantaran el Cara al Sol en la escuela. Quiero que sepas que nunca los llevó a los campamentos de la OJE. Tu mujer quedó para siempre triste, muy triste, pero con orgullo de mujer y de clase. Si no te hubieran asesinado nos hubieras conocido, hubieras visto crecer a tus hijos y a tus nietos. Y ahora estarías orgulloso de esa familia que ha sabido seguir tu estela, la de la militancia por las causas justas a pesar de toda la represión.

Hicieron un monumento en Pamplona para honrar a tus asesinos y a los de tus compañeros. Como no tienen honra, no tendrán monumento porque espero que el gobierno y el ayuntamiento que hay ahora, siguiendo la Ley de Memoria Democrática, lo derribarán. Yo estoy orgullosa de ti, abuelo, y pronunciaré tu nombre el sábado y seguirás existiendo. Por siempre!!