La hipnótica novela de Patricia Highsmith ha sido tentadora para las adaptaciones cinematográficas. Los directores quieren ponerle rostro a ese personaje tan complejo y perturbado como los héroes pérfidos de Shakespeare. El talento de míster Ripley ha estrenado una nueva versión, esta vez en forma de serie de ocho capítulos dirigida por Steven Zaillan. En ella aparece un protagonista, el actor Andrew Scott, en su personificación más italiana.

El guionista juega con la progresiva identificación de Ripley con el pintor rey de la luz y las tinieblas, Michelangelo Merisi, o comúnmente conocido como Caravaggio. De un acercamiento de Ripley a este a través de su antagonista, el pintor aficionado Dickie, a la admiración, a la contemplación de sus cuadros en las iglesias de Roma, y a un fundido en el último capítulo con su vida. Al comienzo de este se recrea el asesinato de un hombre por Caravaggio y su huida. Entre el artista criminal y Tom Ripley hay tanto en común que sus vidas se cruzan. 

Otro elemento muy italiano es el gato de la portera del piso de Roma que Ripley alquila, todavía bajo la suplantación de la personalidad de Dickie Greenleaf. El testigo imperturbable, ese gato doméstico tan romano, da cuenta solo con los giros de su cabeza de las idas y venidas de Tom Ripley. Pero es sobre todo Roma, con su monumentalidad barroca y eterna, sus estatuas sacras y mortuorias las que son el marco de una escenografía realzada por la bella fotografía en blanco y negro. En el escenario natural las escaleras, en el ascenso a la impunidad y al crimen, y en el descenso a la culpa y el peligro, nos ofrecen un elemento escenográfico inolvidable, tanto en el pueblo de la costa amalfitana como en la casa romana.

Todos son elementos añadidos que no están en la novela original de esa Highsmith genial que creó, dentro del género negro, el horror psicológico. Jugando al límite con el desconcierto para los lectores de un criminal que no es castigado, que se adueña del lujo y personalidad de un diletante rico sin experimentar culpa alguna y que proyecta seguir así sin camino de retorno.

*El autor es escritor