Sábado, 21 de mayo de 2022. El termómetro marca más de 30 grados, el calor es asfixiante, pero la plaza Sancho VI el Sabio de Villava-Atarrabia está a reventar. Benditos bares, se consuelan algunos cerveza en mano. Cientos de vecinos y de vecinas se han congregado frente a la pantalla gigante que el Ayuntamiento ha instalado en este enclave para vivir el que puede ser un momento deportivo histórico para la localidad: el ascenso del Beti Onak femenino a la máxima categoría. Y así sucede.

Villava-Atarrabia vivió una auténtica fiesta con el ascenso del Beti Onak. ARCHIVO DIARIO DE NOTICIAS

El equipo navarro, en Lanzarote donde se disputa la fase, gana al Bolaños y alcanza su sueño. Jugará en la elite. A 2.500 kilómetros de distancia, la fiesta estalla en un pueblo navarro de poco más de 10.000 habitantes. Lágrimas, felicidad máxima y orgullo. Sobre todo, se siente mucho orgullo.

Llegué a esto del balonmano tarde -de pequeña era futbolera y mi ídolo era Jan Urban- y empecé a engancharme como aficionada en los tiempos de aquel descomunal Portland San Antonio. Ya adulta, el periodismo me fue acercando cada vez más al 40x20. Y, sobre todo, me permitió conocer mejor a los clubes y a las personas que hacen posible que Navarra esté, año tras año, en la cima de este deporte. Hasta la fecha había cubierto noticias buenísimas como las andanzas europeas del Helvetia Anaitasuna, pero jamás me había tocado escribir sobre un ascenso histórico como el del Beti Onak.

Por primera vez, un representante femenino de la localidad iba a jugar en lo más alto. Mano a mano con los mejores. Sabía del arraigo del balonmano en el pueblo. Me habían contado de aquellos partidos que se disputaban en el frontón Atarrabia hace muchos años y del ambiente que se creaba. Pero jamás había vivido en primera persona un entusiasmo igual. Fueron días de un trabajo ingente y de mucha tensión. De nervios incluso. Reportajes, entrevistas, previas, crónicas... Pero dentro de toda esa inevitable vorágine, también pude percibir y disfrutar de detalles que espero llevar siempre en mi memoria.

Recuerdo a Miren, a Erika, a Aiala o a Itxaso abrazarse con fuerza, derramando lágrimas incluso

Para empezar, jamás olvidaré las caras de los niños y de las niñas que gritaban y saltaban de alegría en aquella plaza el 21 de mayo. Muchos de ellos, luciendo con orgullo la camiseta del Beti Onak, ya que formaban parte de su extensa y fiel cantera. Recuerdo a Miren, a Erika, a Aiala o a Itxaso abrazarse con fuerza entre ellas, derramando alguna lágrima incluso, al ver que sus referentes alcanzaban la gloria. Ser conscientes de que en un futuro ellas -que no tenían más de 10 años- podían llegar a jugar en lo más alto si ponían empeño en su ambición. ¿Por qué no? La puerta ya estaba abierta..

En la retina también guardo aquel masivo recibimiento, dos días después, en el Ayuntamiento. Un acto institucional, pero que ante todo fue social. El verde inundó la Calle Mayor del pueblo y la cantera hizo un pasillo de honor al equipo, que a duras penas podía bajar del autobús. La capitana, Olaia Luzuriaga, encabezaba la comitiva con el trofeo de campeonas de la Plata en la mano. A la vez, consolaba a una Eider Hernández incapaz de aguantar las lágrimas ante semejante recibimiento.

Para ellos no eran Tchaptchet, Ripa o Zamora. Eran Lyndie, Aileen o Luzia. Ante todo, sus vecinas

Los niños y las niñas rodeaban a las jugadoras y estas les correspondían con gestos de cariño. De sincero afecto. Para ellos no eran Tchaptchet, Ripa o Zamora. Para los pequeños balonmanistas eran Lyndie, Aileen o Luzia. Jugadoras, sí. Referentes, también. Pero, ante todo, vecinas con las que se cruzaban muchos días por las calles de Villava-Atarrabia y con las que se saludaban y hablaban.

Pero mi recuerdo más especial siempre será en el Ayuntamiento. Nada más entrar. Ahí me encontré con el entrenador, Miguel Etxeberria. El gran artífice del ascenso. El abrazo fue inmenso. Sabía que él estaba viviendo su mejor momento deportivo, a la par que atravesaba un duelo familiar. Las emociones se agolparon. ¿Te acuerdas, míster?