El Ayuntamiento de Pamplona ha registrado un incremento continuo de las licencias para la transformación de bajeras en viviendas. Desde que la normativa municipal regulara a partir de 2014 los llamados lofts como una forma de dar salida a locales vacíos en planta baja y aumentar la oferta habitacional, las licencias han ido en aumento año tras año y se localizan sobre todo en 3 barrios: Rochapea, Milagrosa y Lezkairu.
En los últimos siete años el Ayuntamiento ha tramitado 500 licencias, más de la mitad de las cuales (299) corresponde al periodo comprendido entre 2022 y 2024.
Así lo reflejan los datos actualizados facilitados por la Gerencia de Urbanismo, donde se comprueba una tendencia ascendente desde 2018. Ese año se gestionaron solo 9 licencias, en 2019 fueron 28 y al año siguiente, 70. En 2021 se llegó a 94 licencias; en 2022 fueron 121; en 2023 hubo 152; y son 25 en lo que va de año.
Como asegura Fermín Bacaicoa, secretario técnico de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento, el término lofts se asocia a espacios caracterizados por techos altos, grandes ventanales y un diseño diáfano, muy populares entre jóvenes profesionales y artistas que buscan lugares únicos y creativos para vivir.
Normativa específica en Iruña
En Pamplona, sin embargo, la realidad es algo diferente ya que la mayoría de los locales disponibles no se ajusta a esos patrones, de ahí que prefiera evitar el término lofts y reservarlo para otra figura que sí aparece en la normativa municipal, las oficinas tipo lofts, como es el caso de las farmacias que incorporan una pequeña zona de descanso en su interior.
La modificación del artículo 28 de la normativa urbanística general del Plan Municipal en 2014 dio luz verde a los lofts, permitiendo una mayor flexibilidad y la convivencia del uso comercial y residencial en la misma planta baja.
Con esa modificación se establecieron las condiciones urbanísticas para implantar el uso residencial, de manera total o parcial, en las plantas bajas en parcelas con uso pormenorizado residencial colectivo, así como también la apertura de negocios en lugares con uso residencial.
Hay que tener en cuenta además la normativa propia de Pamplona, más restrictiva que en otras ciudades, que establece limitaciones adicionales, como no autorizar los lofts en el Casco Viejo ni en los Ensanches o que en el caso de las denominadas zonas de relevancia comercial el uso de vivienda no supere al comercial en el 50% de la manzana.
Para los locales que se transforman en viviendas, Bacaicoa recordó que deben ajustarse a las condiciones de habitabilidad que marca la legislación vigente en Navarra. “Se trata de licencias para la transformación de local en vivienda y por tanto deben ajustarse a lo que establece el decreto foral de 2004”, señaló.
Los lofts deben tener salón, cocina, baño y un dormitorio como mínimo. El dormitorio debe ser de al menos 8 metros cuadrados y dos metros de ancho. Es obligatorio que tengan un mínimo de 6 metros de fechada, el acceso desde la calle y que cumplan los requisitos técnicos necesarios para obtener la cédula de habitabilidad en cuanto a saneamiento, ventilación o iluminación.
Reconoce que el aumento de los expedientes que llegan al Ayuntamiento ha ido en aumento y que la mayoría de las licencias corresponden a bajeras vacías de antiguos comercios cerrados que ofrecen espacios para una o dos habitaciones.
Estadística por zonas
Por barrios, Rochapea lidera el ranking con 137 licencias. Detrás aparecen Milagrosa (101), Lezkairu (40), San Jorge (34), Buztintxuri (32), Azpilagaña (29), Mendillorri (22), San Juan (20), Iturrama (18), Etxabakoitz (17) y Mendebaldea (16).
Como se observa en el gráfico que ilustra esta información, Milagrosa fue en 2023 el barrio con más licencias solicitadas, seguido por Rochapea y Txantrea.
En lo que va de año Rochapea lidera las estadísticas, con 11 licencias, por delante de la Milagrosa, con 8.
